HOLA A TODOS
En primer lugar, me gustaría darte las gracias a ti.
¡Sí, sí, a tí.!
Gracias por confiar en mí y darle una oportunidad a Aquel Que Viene, un proyecto en el que he volcado mucho cariño y que estoy deseando que disfrutes tanto como yo al escribir, ilustrar y animar sus páginas. Este enlace es ahora tuyo y puedes visitarlo siempre que quieras. Tu contribución e interés por lo que hago me animan a seguir trabajando en esta clase de locuras cada día con la misma ilusión y ganas. Y si te gusta lo que ves, por favor, comparte con tus amigos tu experiencia para ayudarme a seguir creciendo y poner en marcha más proyectos como este.
Gracias por hacer Aquel Que Viene posible.
UNA MIRADA ATRÁS
Nací un 19 de enero, mismo día que mi escritor favorito, Edgar Allan Poe.
Desde pequeña, siempre he tenido claro que quería dedicarme a escribir e ilustrar. Ya a muy temprana edad, leía libros cuyo vocabulario aún no entendía y tenía que buscar constantemente en el diccionario. Aprendí a escribir muy deprisa e incluso dibujaba mis propias historietas, encuadernadas por aquel entonces a grapa y al revés.
La fantasía oscura ha sido siempre mi temática predilecta. Desde la guardería siempre jugaba a ser un vampiro, un nigromante o una guerrera que luchara contra monstruos. Sí, incluso a esa edad ya conocía al detalle de qué se trataba cada criatura y en qué consistía su fisionomía y comportamiento. El primer libro que terminé de leer yo sola y que aún conservo se llamaba “Monstruos y seres fantásticos”, a los seis años y, desde entonces, quedé fascinada por el imaginario de las criaturas oscuras tales como los nosferatu, las brujas, los regresados y otros muchos frutos de la cultura popular.
Cuando tenía once años, descubrí en internet una plataforma donde por aquel entonces estaba muy de moda rolear, es decir, escribir historias junto con otras personas interpretando un personaje. En definitiva: jugar a las historias, tal y como hacía de niña en los recreos, pero por escrito con otros desconocidos. Aquel día a mis once años comencé una historia a la que llamamos Dark Lives que, a día de hoy, 11 años después, continúa en marcha y por la que han pasado gran cantidad de personas y buenos amigos. Desde entonces, escribo todos los días, dedicándole unas horas después de cenar. Mi momento sagrado del día.
Mi amor por el dibujo nació a raíz de querer dar vida a esos personajes inventados, enseñárselos a mis amigos, diseñar su aspecto y vestuario por mí misma.
Cursando tercero de carrera, se me presentó la increíble oportunidad de escribir una webserie completa para la productora Izen, de temática completamente libre, una de las experiencias más enriquecedoras de la que he tenido la suerte de aprender.
Tras esa experiencia, este último año decidí que ya estaba preparada para saltar al mundo de la ilustración y la literatura. Fusioné los dos motes por los que me llamaban mis amigos (Pez Globo y Ricitos) en mi sello personal The Curly Fugu, seleccioné algunos de mis mejores cuentos y me preparé para mostrarle mi arte al mundo. Todo esto, imprimiendo mis trabajos y asistiendo a todas las ferias que me fuera posible, vendiendo por mí misma todo ese trabajo. Con ello he adquirido experiencia y hecho grandes amigos por el camino, así como hallado mis primeras oportunidades profesionales y todo se lo debo al círculo de ilustradores de Madrid, quienes me han guiado a la hora de iniciarme profesionalmente en este mundo y del que, ahora puedo decir con orgullo, formo parte.
Así nace Aquel que Viene. Un proyecto muy personal destinado a ampliar mi público dentro y fuera de esas ferias de ilustración a las que asisto con gran ilusión, arrastrando mi enorme maleta azul llena de gratificantes horas de trabajo escribiendo y peleándome con mis acuarelas.